(…) Si miro un bosque que pretendo comprar, arrendar, talar, usar como coto de caza o gravar con una hipoteca, no es el bosque lo que veo, (…)
sino solamente su relación con mi voluntad, con mis planes y preocupaciones, con mi bolsillo. (…) Hermann Hesse. “Del Alma”, Mi credo
«La mirada de la voluntad es impura y ardiente. El alma de las cosas, la belleza, sólo se nos revela cuando no codiciamos nada, cuando nuestra mirada es pura contemplación. Si miro un bosque que pretendo comprar, arrendar, talar, usar como coto de caza o gravar con una hipoteca, no es el bosque lo que veo, sino solamente su relación con mi voluntad, con mis planes y preocupaciones, con mi bolsillo. En ese caso el bosque es madera, es joven o viejo, está sano o enfermo.
Por el contrario, si no quiero nada de él, contemplo su verde espesura con “la mente en blanco” y entonces sí que es un bosque, naturaleza y vegetación; y hermoso».