Aunque no es de Latinoamérica ni el Caribe, esta reseña sobre lo que sucede a 70 mil miembros de comunidades Maasai, en la región Ngorongoro en Tanzania, África, no deja de ser preocupante
cuando la conservación se convierte en uno, entre otros argumentos para justificar la posible reubicación de ésta población fuera su territorio tradicional.
Conservación, protección y …
El escenario es el ecosistema del Serengeti. Allí se creó en 1951 el Parque Nacional del mismo nombre (de la lengua Maasai, que significa sabana infinita), uno de los más grandes del mundo y hoy con 15.000 km2 que se extienden sobre un territorio diverso en pasiajes y fauna. Alrededor del Parque se encuentran otras zonas de protección y caza controlada (*) que en principio contribuyen a preservar el reconocido espectáculo de las migraciones de manadas de mamíferos que en tiempos secos y lluviosos buscan agua y pastos, bien sea al norte (Kenya) y noroeste del parque o al sur y suroeste (Tanzania) aquí video. En total se trata de una superficie de cerca de 36.800 km2 con varios modelos de protección (vea mapa).
En 1956 el territorio alrededor del enorme cráter Ngorongoro al Sur de Tanzania incluyendo éste fue declarado “Área de Conservación” para precisamente permitir a los Maasai mantener sus formas de vida en territorios de sus ancestros.
Posteriormente, en 1979 la UNESCO enlistó esta misma área como “Patrimonio Natural de la Humanidad” y con el descubrimiento en 2010 de sitios arqueológicos de importancia fue declarado en 2018 el “Geoparque Global de Ngorongoro Lengai”.
¿Con o sin Maasai?
La declaración de “Patrimonio de la Humanidad” y figuras similares ha llevado a la paulatina y conflictiva imposición de restricciones al uso del territorio que van desde no poder sembrar hasta no establecer estructuras permanentes.
En 2019 una comisión de varias organizaciones internacionales -entre ellas la UNESCO- realizó una evaluación de la situación; de ésta surgieron recomendaciones al gobierno de Tanzania en el sentido de evaluar el modelo de múltiples usos del suelo en el Área de Conservación Ngorongoro y junto con ello, la sugerencia de reconsiderar el asunto de mantener población allí, así lo revela el Instituto Oakland.
A los reclamos del Instituto Oakland a la Convención de Patrimonio Global de la UNESCO de ser parte del problema, la organización respondió que nunca ha promovido el desalojo de los Maasai y ofrece al gobierno de Tanzania apoyo en el dialogo con todas las partes interesadas y las titulares de derechos.
Los Maasai son una cultura pastoril seminómada (con vacas, ovejas y cabras). Varios siglos atrás fueron migrando del norte hacia donde hoy se encuentran, en el ecosistema del Serengeti. Según los evaluadores internacionales, el aumento de la población Maasai y de su ganado puede ser un problema para la conservación de la región.
Pero se les amenaza y acosa con expulsión. A pesar de haber conseguido en 2018 que la Corte de Justicia de África del Este hiciese un requerimiento al gobierno de Tanzania para que dejara de amenazar a las comunidades y respetara sus territorios. En 2019, Tanzania se retiró de del grupo de países que promovieron la creación de esta Corte. De ahí que los Maasai busquen ahora reclamar ante la Comisión Africana de DDHH y de los pueblos.
Turismo, caza y conservación
A comienzos de este marzo de 2022 un grupo de 453 Maasai aceptó ser trasladado, afirmando que en Tanzania las relocalizaciones no son desconocidas, pues se han hecho para dar paso a proyectos petroleros y turísticos, reporta AllAfrica.
Para 2019, el turismo era la fuente principal de divisas de Tanzania, el segundo mayor contribuyente al producto interno bruto y el tercer mayor empleador del país.
(*) El esquema de modelos de conservación y protección de la naturaleza en Tanzania prevé zonas de caza controlada, arrendadas por el Estado y controladas por el Departamento de vida Salvaje. Entre otros deben también combatir por su cuenta la caza furtiva. La reglamentación sobre el uso del territorio es compleja y su aplicación no ha sido evaluada en términos de efectividad y conservación, excepto por la evaluación que se hiciera en 2019 alrededor del Área de Conservación Ngorongoro.
Corredor de vida salvaje
Según el Instituto Oakland, detrás de la relocalización forzosa de lso más de 70 mil Maasai hay un proyecto turístico que pretende crear un “Corredor de Vida Salvaje” que va desde el Área de Caza Controlada de Loliondo (al norte del Área de Conservación Ngorongoro, Este del Parque Nacional Serengeti y cubre un territorio de 1.500 km2.
Tras del ‘corredor’ parece estar la empresa turística Otterlo Business Corp. con aciento en Emiratos Árabes, que detenta desde 1992 un área de 400.000 hectáreas donde se encuentran los 1.500 km2 del corredor para cuya creación Otterlo Business Corporación ha venido haciendo lobby.
Para 2017 supuestamente se terminaba su contrato. Pero sigue ahí, y el conflicto con comunidades Maasai parten de acciones de desalojo hasta quema de viviendas, como lo ha venido reportando el Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IWGIA del inglés) desde hace varios años.
Millones apoyan los Maasai
Tres millones de personas en el mundo firmaron una petición contra el desalojo de los Maasai que circuló a comienzos de 2022 en la plataforma Avaaz. La petición fue entregada a alñtos representantes del gobierno de Tanzania en Bruselas.
Así dijo Samwel Nangiria, residente de Loliondo al periodista de Devex, al indicarle que la mayor parte de esta población no sabe qué es lo que sucede, porque deciden desalojarlos desde el parlamento sin hablar con ellos.